martes, abril 10

El respeto al derecho ajeno es la paz

Es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar las ideas que uno tiene. Mi habilidad para escribir se reduce a saber teclear con los dedos adecuados. Las palabras suelen tropezarse dentro de mi cabeza (por eso no me gusta hablar en el momento justo en que tengo una idea); yo simplemente las dejo salir a través de mis manos con la esperanza de que cuando las lea tengan algún sentido. Tolerancia y respeto son dos palabras que causan accidentes de tráfico en mi mente. Siempre que trato de escribir o hablar sobre ellas, una serie de pensamientos me inundan y termino dándome por vencida. Haré un intento: siempre he asociado paciencia con tolerancia, y tolerancia con respeto. Supongo que una lleva a la otra. Por lo que he aquí algo en lo que creo profundamente: ármate de paciencia pues ésta te da tiempo de calmarte para que pienses con mayor claridad, lo cual te puede llevar a tolerar cierta situación. Tolerar te ayuda a analizar, comparar y buscar dentro de ti. Cuando menos te des cuenta, estarás respetando las ideas y opiniones de los demás.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno sí, esa es una forma de aprender a respetar, pero que hacer cuando no te respetan a ti?

debe uno defenderse? ignorar al irrespetuoso? 'ceder' y ser el primero en poner el ejemplo y respetar al otro y sentarse a esperar a q magicamente el otro nos respete?

pero q si nadie te respeta? y te dicen que TU eres quien esta mal... no podrias hacer mucho por salvar esa situacion (bienvenida a mi mundo)

Mono dijo...

Bueno, en realidad el comentario esta dirigido para aquellos que no respetan, para aquellos que no son tolerantes. Yo me siento triste por aquellos que lo son, siento pena por ellos pues no ven mas alla de sus propias narices. Conozco algunos que incluso son egoistas y egocentristas. Como no sentir pena por aquellos que viven encerrados en un mundo tan estrecho que no les permite apreciar el valor de las demas personas?

Anónimo dijo...

En ese caso debes de sufrir mucho...

Si tanta pena te dan, pues no les regales el derecho a que sean acreedores de sentimientos tuyos.