lunes, julio 7

The lucky girl

Finalmente lo he conseguido. Hice largos viajes pero con ninguno lograba llegar. Todos iban, conocían y regresaban felices, pero yo no podía ir. Crucé un tercio del mundo pero seguía sin conocerlo. Al fin, el compañero y el momento perfecto para hacer el tan esperado viaje llegó…


Podría escribir en este momento las palabras exactas que dirían porqué disfruto tanto viajar. Pero me es difícil describir los deseos de hacerlo o por qué quisiera conocer un lugar en particular. Lo intentaré.

Creo que deseo hacer viajes porque estoy consciente de la enorme cantidad de mundos que hay. En todos los aspectos. Desde la historia de cómo se formó un pequeño pueblo a 4 horas de la carretera más cercana, hasta el ambiente social que hay en una familia numerosa y lo que cenan.

Un viaje te saca de la rutina, no sólo de la escuela o el trabajo (para eso basta con estar de vacaciones y quedarte en casa), si no de las calles, la gente y los lugares que frecuentas. Siempre he estado a favor del cambio y la varieda´ (pue´). Los ambientes nuevos me emocionan y generalmente terminan hipnotizándome.

La parte de la península que faltaba. El lugar donde naciste y al que esperas regresar algún día. Hogar adoptivo de tantos. Finis terra.

Diez estupendos días de un viaje que había deseado hacer desde hacía mucho tiempo.

La Paz es una ciudad pequeña y tranquila con un mar y un malecón digno de presumir en el mundo. Con un clima que se compone por las tardes y una roca que se ha tenido que levantar 2 veces.

Todos Santos es casi exactamente cómo me lo imaginaba, sólo que mejor y con el mar del lado contrario (me nortié). Eso de estirarte un poco y alcanzar un mango es algo insólito para alguien que viene de una ciudad que está en un hoyo en medio del desierto. Confieso que hasta hace no tanto tiempo (considerando que conozco a Voss desde hace casi 5 años), supe que el Hotel California estaba justo en Todos Santos y no al lado de la carretera, medio abandonado pero convertido en una galería (mi imaginación vuela!). Y me encanta la idea de que estén tratando de recuperar el aspecto que tenía el pueblo en la década de los 50´s, cuando se vivía de los cañaverales que había.. Espero que lo consigan y que pueda ir a verlo con mis propios ojos.

Los Cabos es la típica ciudad turística hecha por mexicanos para gringos. Típico escenario donde hay un hotel elegantísimo y un centro comercial de marcas prestigiosas, pero al lado, puestos de vendedores ambulantes procedentes del sur del país. Pero el puerto y la playa son dignos de admirarse. El puerto limpio y el viaje a ver el arco y la última piedra de mi amada península, es algo que definitivamente vale el calor, el tráfico y el turisteo entre comercios que venden todo excesivamente caro. Ni se diga de que abordes, junto con el galán, el barco que va al arco por las tardes y termina el recorrido con un atardecer inigualable como los de Baja Sur.

En fin. Compruébalo por ti mismo.

2 comentarios:

Voss dijo...

creo que te faltó una d y una s donde pusiste esas ´. -.- kso-

Mono dijo...

esas que?